sábado, 20 de agosto de 2011

Hoy Conocí A Tu Sonrisa.

Hoy conocí a tu sonrisa.
Después me dijeron tu nombre y te presentaste.
¿Puedes repetirlo? se me ha olvidado cómo te llamas porque he estado intentando ponerle nombre al collar de perlas que tienes por sonrisa. Collar tal vez no. Tal vez una hilera interminable de blancos uniformes soldados del 6to batallón que trata de derribar mi control de la platica y tirarme al suelo, y de rodillas.

Las "Pes" comienzan a tener un peso imposible de pronunciar, como si mi lengua fuese un gran oso borracho que no entiende por qué no puede mover las patas. La garganta se reseca como si hubiesen cerrado la llave de un río dentro de mi y el despistado encargado se ha ido junto a todo mundo dentro del pueblo de mi cuerpo a intentar ver a través de estos miopes ojos las mas de 30 lunas que tienes por sonrisa. Eso explica porque no había ningún Kierkegaard en su escritorio del cerebro para poder responder a tu emocionante pregunta con mas que sólo un vacío, torpe y sorprendido "eh?".

Los dirigentes de la flotilla de escritores en mi cerebro corren asustados hacia sus trabajadores gritándoles y apuntando que su desempeño es deficiente y exigen inmediatamente una respuesta. El mas rápido, pero quizá el no mas inteligente manda la primera señal de vida dentro de mi, apurado, esperando que el que yo diga un largo "eeesteee" le dé el tiempo necesario para permitir que en mi cerebro mis escritores pueden inventar algo mas inteligente.

Mientras la muletilla hace acto de presencia a través de mi voz, mis escritores presionados intentan responder a la sencilla pregunta "¿y tu eres...?" pero esa suspensión que has dejado al final es como la cuerda última de la cual cuelga un asustado, y ahora enamorado, escalador tembloroso. La cuerda del final de tu respuesta, bajo la cual está el abismo de tu desinterés, es mi punto de reflexión sobre quien soy y que demonios hago aquí, entre tantos y frente a ti.

Pero un abusado y refinado editor en mi cabeza, atina en ordenar que solo dé mi nombre, pues es lo único que has pedido. En un posterior reporte y disculpa, el editor le apunta con toda razón al Ego, que es quien manda en el quehacer de mi cerebro, que las funciones de sus trabajadores se vieron disminuidas por la asombrosa maravilla astronómica que paso frente a ellos. Y yo les doy toda la razón porque pensando en el nombre para la maravillosa divinidad de tu sonrisa, olvide que tu pregunta se respondía con algo tan sencillo como "Yo soy Heberto, y estoy encantado de conocerte".

martes, 16 de agosto de 2011

No seamos indulgentes con nuestra realidad.

Hoy salí en el coche a dejar a un amigo a su casa, ya de noche. Antes de integrarme a la avenida, vi a ambos lados del camino para poder pasar y al fondo de la calle, veo una camioneta oscura sin prender sus luces altas, solo con las intermitentes moviéndose con sentido al interior de la colonia. Era una camioneta del ejército con por lo menos 5 soldados en la parte trasera, armados, uniformados y con pasamontañas negros. Detrás de ella venían 5 camionetas mas en la misma dirección.
No seamos indulgentes con nuestra realidad. No iban todos esos soldados al bar, no iban por provisiones al Oxxo, no iban "pasando" para dar la vuelta solamente. Eso se veía en como me voltearon a mirar, tratando de encontrar el difuso rostro del contrario en cualquier par de ojos.

¿Qué esta pasando? ¿Por qué una imagen así es mi realidad? y peor aún, sabiendo que esta realidad se volverá mas peligrosa me pregunto ¿Hasta que punto llegara toda la violencia? 

Es más que obvio que aquí en Veracruz las cosas se pondrán todavía más feas. No puedo decir cuando, pero a lo mejor puedo pensar en cómo y por culpa de quién. O quizá no. Eso es lo que en verdad me da miedo, no saber realmente que esta pasando detrás de todo. Solo sentirme casi indefenso frente a la (bien dicha) Merced de la Suerte (que a la vez, la Suerte no es nada, es mas una divinidad ciega que difícilmente pueda salvar a alguien en este mundo tan profano).

No puedo tomar a la desesperación, al miedo y a la horrible sensación de vértigo que siento frente a mi realidad violenta, como si fuesen prendas de vestir y quitármelas por un rato, en lo que sigo con mi día. No, todo esto me rodea, me sofoca y me entristece, como a un filósofo pez ver manchas borrosas de pescadores sobre la superficie y saber que incluso antes de morir, no podrá conocer el rostro de los sujetos que le harán daño.

No digo que mi situación sea la peor, pero a la vez no necesito escuchar a alguien ya insensible frente a la violencia tratándome de decir que lo que pasa aquí no es nada a comparación de otros lugares. Solo quiero decir que también, como todo humano, siento miedo, desesperación y tristeza, y nada puedo hacer yo para cambiar la razón de mis sentimientos de hoy, mi realidad agresiva, absurda y grotesca donde tengo que estudiar y sobrevivir.

martes, 9 de agosto de 2011

Helados Sonidos Varios


Un mismo punto de partida nos da muchos temas para hablar. Si se toma un pequeño elemento sonoro, por ejemplo, se pueden encontrar diferentes manifestaciones del conocimiento. En el ejemplo de hoy tomemos la melodia de los carritos de los helados.

Situemos a nuestro sujeto-ejemplo en México. En casi cualquier parte de México que sea mayor a una ranchería. Nuestro sujeto (que por razones practicas llamaremos "Hebertito") es todavia un niño y de una forma involuntaria de parte de sus padres, de sus vecinos, del heladero e incluso del señor que le vende los cassettes a los heladeros, esta entrenado cual vil perro de Pavlov para reaccionar a alguna de estas melodias:

 

Y como los cánidos del ruso bigotón, nuestro sujeto empezaba a salivar automaticamente, imaginandose los distintos y variados sabores de los helados, tratando de adivinar las variaciones que traerian esta vez los señores del carrito. Aclarando que en el caso de Hebertito, el "carrito" no era una belleza de la ingenieria extranjera, no era una maquina diseñada para ser un bello templo móvil al placer de lo dulce y colorido. No. El "carrito" era una proletaria Combi. De color gris-yo-era-antes-blanco-pero-la-mugre, con un faro roto y unos vidrios mas sucios que la mente de Berlusconi. Pero nuestro sujeto se imaginaba los sabores de los helados, pero obviamente la reaccion no era provocada ni por la combi, ni por el olor, ni siquiera por ver los helados, pues venian en una hielera. Es obvio que era por la pieza musical. Pero ya no se le puede llamar "pieza musical" a un sonido que mas que una reaccion por los valores propios, nos hace salivar por el recuerdo o el mensaje que contiene. 

El uso especifico y continuo de estas melodías para la venta de helados convierte a la grabacion en un "Objeto Sonoro".


   "Un objeto sonoro es una identidad perceptible auditivamente. Es decir, todo aquello que se oye por el simple hecho de oírse.
Puede estar formada por diversos parámetros: timbre, ritmo, melodía, frecuencia, etc. El concepto de objeto sonoro fue acuñado por Pierre Schaeffer cuando en los cincuentas desarrolló lo que se conoce como música concreta para referirse a toda fuente sonora perceptible y reproducible a través de su grabación y reproducción mecánica analógica o actualmente digital."

Y en el caso de "Hebertito" el objeto sonoro termina siendo un disparador de diferentes reacciones en su memoria que hacen que relacione en su mente las condiciones en que saboreo su ultimo helado con el actual momento donde la misma melodia acompaña el deguste del cremoso postre.

Bueno hasta acá muy bien y mucha dato curioso, pero también tiene un enfoque casi opuesto.

En el caso de mi madre, estas melodias le traen tristes recuerdos. Cuando ella era niña la sucesion de reacciones pasaba igual. Primero escuchaba a la entrada del pueblo las melodias melosas de Bent Fabric (que como todos nosotros, que iba a querer saber el nombre del compositor), despues empezaba a imaginarse el sabor del helado, su consistencia, su olor y sus colores. Pero en la infancia de mi madre, todo hasta ahi quedaba, pues solo podia ver lo dulce y gratificante del helado por el rostro de los demas niños, pues mi madre no podia darse el lujo de comprar un helado teniendo su familia gastos mas necesarios que hacer.

En su caso el Objeto Sonoro es recuerdo y por extension, simbolo de las carencias de su infancia.
Pero esos simbolos, como nos recuerda Kundera, son inalterables aunque la situacion sea diferente.

Mi madre y yo disfrutamos de los helados juntos, pero la melodia hace que nuestra mente trabaje diferentes recuerdos y componga el mismo escenario, con el mismo Objeto Sonoro, de diferente manera.

sábado, 6 de agosto de 2011

Las ventajas de esta ciudad

Es que nunca te vi en ella.
No te extraño en los rincones que me gustan. Tu solo eres mas un rumor entre la gente.
Solo a veces me detengo a pensar si en la banca donde estoy te sentaste, si el mismo aire te acaricio la piel, si el mismo bochorno te asfixio o si, tal vez, tambien escuchaste al marimbero de la esquina de Enríquez.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Feliz

Pues estoy muy feliz. Ya entre a la universidad y tomare Educación Musical, una carrera que me suena tan bonita como "puente vacacional" a un funcionario de gobierno. Igual y en 3 meses ya ni tenga ganas de nada, pero por lo de hoy, que quede impreso que me hace muy feliz y me da satisfacción el lograr entrar en una carrera que me interesa muchísimo.

Ya estoy instalado en el nuevo departamento que ocupare junto a mi prima y su novio, ya estan mis cosas desempacadas y ya planche unas camisas para irme presentable, pense en llevar una playera de esas de "mi tio fue a acapulco y solo me traje esta pinche playerita" pero igual y no quedaria tan bien.

Bueno, igual y ya mañana regrese de otro modo pero aprovechando el estado de inocente felicidad dejo sonando a Astrud Gilberto: